lunes, 7 de abril de 2008

"Fragmentos" de Francisco Juan - Roca Ojeda en la Sala La Caldereta de San Mateo.

Bueno después de un gran parón motivado por la falta de tiempo que no de ilusión, vuelve la vida a este blog. Que mejor motivo para este regreso que informarles de la exposición que se celebrará en la Sala de la Caldereta en el término municipal de San Mateo en la isla de Gran Canaria, que bajo el título de "Fragmentos" mostrará obras de Francisco Juan - Roca Ojeda del 11 al 27 de Abril de 2008.







Que gran placer poder dar esta noticia, ya que para mi es un orgullo que mi padre se anime a exponer después de unos años trabajando en la intimidad de nuestra casa, trabajando en creaciones que humildemente creo que merecen ser expuestas.
Pues este viernes 11 de Abril será la inauguración a las 20:00 horas, pero pueden acercarse a la sala en los siguientes horarios del día 11 al 27 de Abril.
  • Miércoles y jueves de 9 a 15 horas.
  • Viernes de 10 a 14 horas y de 18:30 a 20:30.
  • Sábados y domingos de 10 a 14 horas.

Pues para acercarles a lo que se verá en la exposición les dejo con una presentación del autor.

A propósitos de mi primera exposición de pintura que se inaugurará en la Sala de Exposiciones La Caldereta, de la Vega de San Mateo el 11 de abril próximo he de comenzar diciendo que vengo desde hace tiempo abriendo una puerta soñada generadora de encuentros. Fue hace ocho años cuando probé fortuna bajo la dirección de mi amigo y maestro Brendan Baeza, y la experiencia ha dado mucho más de lo que pude haber supuesto en mis inicios. Inicios que tuvieron que ver con el paisaje al óleo y con contactos desenfadados y esporádicos con los acrílicos.

Aquellas marinas…aquel paisaje del interior de Gran Canaria… Pero en el fondo esa exigencia de inmediatez que plantea el acrílico y ese deseo de poner mis trabajos al servicio de otra idea que no fuera la copia de nuestro entorno más o menos próximo me terminaría arrastrando por el camino de la búsqueda y del juego hacia felices encuentros de los que esta muestra es testimonio. Desde entonces hasta hoy, sólo cabe recordar tantos momentos de búsqueda en soledad, dos concursos fotográficos –en el primero, organizado por el Real Club Náutico de Gran Canaria, obtuve un segundo premio de fotografía en color con el tema El Mar y los Barcos- jornadas de trabajo en la docencia, amigos y familia.

He de confesar que me cautiva la Historia del Arte, desde la compleja simplicidad de las manifestaciones rupestre hasta las formas más inescrutadles del arte de nuestro tiempo asentado en la experiencia de las vanguardias y su mar de ismos. Entiendo que influencia de nuestro medio es determinante para nuestras respuestas, y esto es aplicable a cualquiera de las manifestaciones que adornan la vida, y resulta más que evidente que nuestras respuestas son determinantes para el medio en el que nos desenvolvemos. Esa interacción se manifiesta inevitablemente en el arte. César Manrique creyó con firmeza en el papel decisivo que la Naturaleza desempeñó en el proceso de aprendizaje y elaboración de su obra.

Todo lo que el hombre genera es producto de lo que le alimenta, y si el alimento fuera otro, las claves de la estética también variarían considerablemente. En ello habremos de fundamentar las distintas manifestaciones artísticas que se suceden en el tiempo y hasta las actuaciones más diversas de los artistas de un mismo tiempo. A la naturaleza le cabría la misión de mostrarse, inconsciente de su fuerza y capacidad creativa; a nosotros la elaboración de un complejo entramado teórico que explique su comportamiento y la asimilación de formas y colores que determinan nuestros gustos y obras. Cada fragmento de la realidad compleja que nos rodea es una abstracción y frecuentemente con ellas me identifico. Es por eso que la abstracción resulta principal y casi exclusivo protagonista de esta muestra a la vez que eficaz medio para llevar hasta ustedes una voz y un latido que me pertenecen, ojalá ustedes los sintieran como suyos.

Cada cuadro surge como una necesidad fruto de la conjugación de experiencias y fuerzas diversas que determinan colores y trazos sobre cartones, ajenos casi siempre a los pinceles, movidos con la presencia de los materiales más elementales; cada cuadro manifiesta las ansias de ruptura y búsqueda continua, de reinterpretación de la naturaleza siguiendo alguna de sus claves, huyendo del mimetismo; cada cuadro, una puerta abierta desde la que me proyecto hacia afuera; cada cuadro soporta una fuerte dosis de rebeldía frente a autoridad y tradición; cada cuadro, una provocación generadora de nuevas ideas.

Tratando de reflejar mis intenciones más generales, tomo la idea y casi la forma completa del poema de Manuel Padorno “Salir a donde nada entienda”. Y digo: Quisiera poder huir de los reclamos que me entretienen. Trato de llegar a un lugar distinto en donde nada puede parecerse: el otro espacio. Pero todo lo visible me estorba y trabajo en apartarlo. Quiero encontrar lo inconcebible y hacerlo mío. Ir por donde jamás entienda, solamente, hasta ese lugar indescifrable, informe, genuino país de la otra luz.

Ya sabemos que perseguir sueños inalcanzables supone para nosotros una posibilidad de mejora continua.